viernes, 10 de febrero de 2012

2012. ¿El año del fin del mundo?

No pretendemos aquí hacer una exposición que trate sobre las profecías mayas o de otro tipo acerca de lo que ha de suceder en el presente año, ni tampoco -como es nuestra norma- juzgar a nadie en forma personal. Simplemente creemos necesario exponer nuestra visión respecto al tema.
En este sentido, es interesante notar que las opiniones divergen entre personas que se presentan a sí mismas como referentes en el campo de la espiritualidad -astrólogos,tarotistas, etc- algunas más y otras menos conocidas. Podemos apreciar que existen quienes plantean que 2012 será el año de un cambio total, mientras que otros dicen que será un año más, común y corriente, y que no pasará nada fuera de lo común. Pues bien, es interesante notar que, en general, estos últimos parecen estar bastante adaptados "al sistema", por decirlo de alguna manera, cómodos con el statu quo, con el estado de cosas imperante actualmente en el planeta Tierra. Los primeros, en cambio, suelen ser seres que anhelan el cambio, personas que no toleran la forma en que ellos piensan que tiene la sociedad humana de funcionar actualmente, sometiendo a la Madre Gaia (Madre Tierra, Pachamama, etc) y a millones de seres sensibles  a sufrimientos tan terribles como cotidianos.
Esta es una primera aproximación interesante. Si bien no nos aclara nada respecto a la veracidad o falsedad de las profecías, nos hace ver que no existen opiniones incuestionables en cuanto a su objetividad.
Dicho esto, podemos pasar a considerar ciertos hechos objetivos.
En este sentido, cabe apreciar las señales que estos tiempos nos brindan. Muchos dirán, por ejemplo, que las catástrofes naturales siempre han existido. Y es cierto, pero debemos considerar que en los últimos años se han multiplicado, y muchas veces dudamos si llamarlas del todo "naturales", ya que es manifiesta la intervención nefasta de la sociedad humana terrestre sobre la naturaleza en los últimos siglos. Los terremotos, tsunamis, el agudísimo invierno padecido actualmente en todo el continente europeo, así como comportamientos humanos extraordinarios e increíbles -según el caso- por su carácter oscuro o luminoso, son, como se dice, signos de que "algo raro pasa".
Podríamos extendernos en apreciaciones de este tipo. Ahora, en definitiva ¿Qué sucederá?
En TAROT 21 no creemos que este sea el último año de lo que llamamos mundo, no aconsejamos abandonar todo y resignarse a un final inapelable.
Pero tampoco pensamos que sea un año más, sin mayor importancia. Vivimos en un tiempo crucial y los acontecimientos lo van demostrando. Este año pasará, y lo seguirán otros, pero no pasará en vano. Este año es un punto de quiebre que preanuncia una profunda transformación sin precedentes con el pasaje del planeta Tierra a la quinta dimensión, y la fecha 21 de Diciembre de 2012 será un eje en este proceso evolutivo trascendental caracterizado por la culminación de un inmenso ciclo referido al movimiento de nuestro sistema solar alrededor del centro de la galaxia, así como también por el pasaje del mismo a través de una franja de energía que algunos llaman cinturón manásico. Todo eso coexisitiendo con el hecho de que la humanidad terrestre ha llegado a una encrucijada en su desarrollo, debiendo optar entre la barbarie y un salto evolutivo, entre la autodestrucción y la ascención.
Estas cosas no deben hacernos temer, sino que nuestra actitud debe ser de esperanza. Sin alarmismos, debemos abrirnos a un cambio de conciencia.
La pasada apertura del Portal 11-11 constituye un pequeño ejemplo. Para muchos "no pasó nada", fue un día más, pero para otros tantos significó un momento de avance espiritual y de elevación de su propia frecuencia vibracional. Pues bien, los consejos que vertimos en este blog en ocasión de la apertura de dicho portal son válidos como para tener una referencia, unos lineamientos generales que nos guíen en esta época fascinante.
No queremos decir con esto que debamos cambiar radicalmente nuestro comportamiento de un día para otro. No se trata, por ejemplo, de modificar nuestra dieta en forma repentina, pero sí de ir abandonando el consumo de carne reemplazandolo por proteínas de origen vegetal (legumbres, etc). Esto permitirá mejorar nuestra frecuencia energética, al tiempo que vamos creando en nosotros un cambio de actitud y de visión frente a las cosas. Debemos pasar, por ejemplo, de sentir que somos superiores a otras especies del planeta por el hecho de estar en la cúspide de la cadena alimenticia a convertirnos en seres verdaderamente evolucionados. La característica de un ser superior es la búsqueda de la elevación de los seres menos evolucionados, y no su sometimiento.
Debemos ir tomando conciencia de nuestra realidad profunda y de nuestro sentido. Somos seres de Luz, viviendo una experiencia material en el planeta.
De esta manera, iremos preparándonos para los profundos cambios que se avecinan.
Probablemente no todo suceda este año. Pero el mismo es un punto clave y no debemos tomarlo a la ligera. Ni tampoco desesperarnos.
En fin, el mundo no se va a acabar. Pero va a cambiar. Y en forma profunda. Los cambios profundos son traumáticos, así que tenemos dos caminos. O hacemos como si nada y somos objetos pasivos y tal vez sufrientes, o nos ponemos por encima de las circunstancias y elevamos nuestra energía para estar a la altura de ese pasaje a un nuevo tiempo.
Ser buscadores de la Verdad, ser trabajadores de la Luz, vibrar en Amor al prójimo y al Universo entero. He ahí el desafío de la era.
Pensemos, de todas maneras, ¿Qué sucedería si nos equivocáramos, si estos años fueran iguales a tantos que hemos vivido, si nada nuevo sucediera?. Aún así, tomando el camino antes expuesto, un camino de Amor, Luz y Verdad, ¿No seríamos acaso, mejores personas?
Pensémoslo.
Y hagámoslo.